Consecuencias de una Vida NO Saludable.

Consecuencias de una Vida NO Saludable a corto, mediano y largo plazo.


En el seguimiento realizado desde 1989 a 1.771 adolescentes cuando tenían uno, dos, tres, cinco, ocho, 10, 14 y 17 años de edad, los investigadores relacionaron cuestiones como el consumo de alcohol, tabaco, actividad física, hábitos alimenticios y uso de medicamentos (entre los que se incluía la píldora anticonceptiva), con la variabilidad de la presión sistólica y la presión diastólica. Entre los varones, la presión sistólica estaba vinculada con el IMC, el nivel de sodio urinario y el consumo de alcohol. Además aquellos adolescentes que realizaban actividad física habitual tenían una presión diastólica menor. 
Utilizando el criterio de medición de la presión sanguínea de adultos, el 24 por ciento de los adolescentes eran pre- hipertensos o hipertensos;  el 34 por ciento de los jóvenes tenían sobrepeso y el 38 por ciento sufrían obesidad. El uso de la píldora anticonceptiva estaba asociado a presión sanguínea alta. Así, las adolescentes que utilizaban el anticonceptivo oral (un tercio del total) tenían la presión sanguínea 3.3 mmHg más elevada que aquellas que no lo tomaban. Sin embargo, el consumo de alcohol en las mujeres no afectaba a dicho índice.

“Los adolescentes tienen que darse cuenta que un estilo de vida que predisponga al sobrepeso, tomar demasiada sal y el consumo de alcohol pueden tener consecuencias negativas en la edad adulta relacionados con la hipertensión. Por otra parte, es aconsejable que las adolescentes que toman anticonceptivos orales revisen periódicamente su presión sanguínea”, advirtió Chi Le-Ha, del Royal Hospital de Perth (Australia).

Obesidad, Diabetes e Hipertension.


A través del área médica, indicó que los actuales estilos de vida propician que las personas sean más vulnerables a subir de peso y poner en riesgo su salud.
Destacó que las comidas rápidas y fuera de horario (generalmente grasosas), el consumo de productos chatarra, sedentarismo y falta de ejercicio son las principales causas de la obesidad y sobrepeso. Enfatizó que esas condicionantes son causantes de enfermedades, como la diabetes, padecimientos en las arterias coronarias, presión arterial elevada, los accidentes cerebro vasculares, altos niveles de grasa en la sangre, síndromes metabólicos y hasta cáncer.
La enfermedad coronaria se produce debido al depósito de una sustancia serosa en las arterias que estrecha o bloquea la circulación de la sangre que llega al corazón; esta situación puede causar una angina de pecho o un ataque cardíaco. La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce sobre las paredes de venas y arterias, cuando esta presión es elevada y permanece así un largo tiempo genera otros problemas al organismo.

Adicciones y Tabaco.


El tabaquismo es una adicción.


En 1988, el Ministerio de Salud de Estados Unidos clasificó a la nicotina como una sustancia adictiva. Los cigarrillos son sumamente eficientes para suministrar nicotina. Cada vez que inhala, el fumador promedio consume entre 1 y 2 mg de nicotina por cigarrillo. La nicotina llega al cerebro en unos 10 segundos lo que contribuye a su gran poder de adicción. El cigarrillo y otros derivados del tabaco generan dependencia por un mecanismo similar al de la adicción a drogas como la cocaína y la heroína.

La definición de adicción implica entre otros: existencia de tolerancia (se debe ir aumentando la dosis para tener el mismo efecto); síndrome de abstinencia ante su ausencia y el consumo compulsivo de una droga, a pesar de conocer las consecuencias negativas que tiene en la salud.

El síndrome de abstinencia característico de la falta de nicotina incluye irritabilidad, somnolencia, fatiga, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, aumento de peso, urgencia de fumar. La mayoría de estos síntomas alcanzan su máxima intensidad entre 24 a 48 horas luego del último cigarrillo y van disminuyendo lentamente en un período de 2 a 4 semanas.
 
El consumo de tabaco genera tres formas de dependencia:
Física: provocada directamente por la nicotina, responsable del síndrome de abstinencia.
Psicológica: el hábito de fumar se ha convertido en una compañía en diferentes situaciones, y parece imposible cambiar esta relación.
Social: el fumar sigue siendo un acto social, se hace en grupos, en reuniones con amigos, y entre los adolescentes tiene muchas veces un significado de rebeldía y de madurez.

Estudios recientes muestran que, en el 10 % de los adolescentes más susceptibles, las ganas de fumar se registran dos días después de fumar su primer cigarrillo. La mitad de los niños que prueba un cigarrillo se convertirá en adicto a la nicotina. Por esto es tan importante hacer hincapié en que los jóvenes no empiecen a fumar.






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