Salud en el Adolescente.
Salud en el Adolescente.
En general se considera que los adolescentes (jóvenes de 10 a 19 años) son un grupo sano. Sin embargo, muchos mueren de forma prematura debido a accidentes, suicidios, violencia, complicaciones relacionadas con el embarazo y enfermedades prevenibles o tratables. Más numerosos aún son los que tienen problemas de salud o discapacidades. Además, muchas enfermedades graves de la edad adulta comienzan en la adolescencia. Por ejemplo, el consumo de tabaco, las infecciones de transmisión sexual, entre ellas el VIH, y los malos hábitos alimentarios y de ejercicio, son causas de enfermedad o muerte prematura en fases posteriores de la vida.
En la adolescencia pasas por muchos cambios. Tu cuerpo está en camino para alcanzar su tamaño adulto. Puedes notar que no te entran tus zapatos viejos o que los pantalones te quedan siete centímetros más cortos. Además de estos cambios, probablemente te estás haciendo más independiente y tomando más decisiones propias. Algunas de las decisiones más importantes que enfrentas se relacionan con tu salud.
Los hábitos saludables, incluyendo una alimentación nutritiva y la actividad física, pueden ayudarte a sentirte bien, verte bien y a esforzarte en la escuela, el trabajo o los deportes. También pueden prevenir enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiacas, la osteoporosis, los derrames cerebrales y algunos cánceres cuando seas mayor.
Se puede dividir el concepto de salud en diferentes categorías. Se puede
hablar de salud física, mental, emocional y conductual. Cualquier persona puede
realizar ciertas acciones para mantenerse saludable en estas áreas. Sin
embargo, los adolescentes deben prestarles atención a ciertas pautas.
Salud física: cuidar nuestro cuerpo.
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Ejercitarse con regularidad. Los adolescentes deben realizar actividad física al menos 60 minutos al
día.
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Seguir una dieta saludable. Tener una alimentación saludable es una parte importante de su
crecimiento y desarrollo. Debe comer muchas frutas y vegetales, cereales
integrales, diferentes fuentes de proteína y lácteos descremados.
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Mantener un peso saludable. Los niños y los adolescentes con obesidad tienen más probabilidades de
ser obesos en la adultez. También tienen mayor riesgo de padecer otras
enfermedades crónicas, depresión y hostigamiento escolar.
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Dormir lo suficiente. La mayoría de los adolescentes necesitan entre 9 y 9 horas y media de
sueño por noche. Muchos solo duermen un promedio de 7 horas. El sueño tiene un
fuerte efecto sobre la capacidad de concentración y el desempeño escolar.
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Cumplir con las vacunas. Es importante vacunarse contra la gripe todos los años. Si aún no
tiene la vacuna contra el HPV, pregunte a sus padres y a su médico sobre el
tema. Esta vacuna puede prevenir el HPV y otros tipos de cáncer, como el cáncer
de cuello uterino.
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Cepillarse los dientes y usar hilo
dental. Si se convierte en un hábito ahora, se pueden
prevenir problemas dentales y gingivales en la adultez.
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Usar protector solar. Quemarse con el sol en la infancia o la adolescencia, aunque sea
una sola vez, incrementa el riesgo de padecer cáncer de piel en la adultez.
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No escuchar música fuerte. Esto puede dañar la audición para el resto de la vida.
Video sobre la salud física. CLIC AQUÍ.
Salud mental: cuidar nuestra mente.
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Aprender maneras de manejar el
estrés. No se puede evitar el estrés, por lo
que tiene que aprender a manejarlo. Esto lo ayudará a mantener la calma y a
poder actuar en situaciones estresantes.
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Estudiar y tener un buen desempeño en
la escuela. Existe un fuerte vínculo entre
la salud y el éxito académico.
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Tratar de mantener una buena relación
con los padres. Recuerde que ellos quieren lo
mejor para usted. Intente analizar las reglas que le impongan.
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Crear un buen equilibrio entre la
escuela, el trabajo y la vida social.
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No intentar abarcar demasiado. Limite sus actividades a las más importantes y dedíquese a ellas
de lleno. Exigirse demasiado puede provocar estrés, frustración o agotamiento.
Video sobre la salud mental:
Salud emocional: cuidar nuestros sentimientos.
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Conocer los signos de enfermedades
mentales. Estos son los siguientes:
o
ansiedad
o
depresión
o
cansancio excesivo
o
pérdida de la autoestima
o
pérdida de interés en cosas que antes
le interesaban
o
pérdida del apetito
o
aumento o pérdida de peso
o
cambios extraños en la personalidad.
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Prestar atención al ánimo y los
sentimientos. No dé por sentado que sus
sentimientos o pensamientos negativos forman parte de la adolescencia. Si está
preocupado por algo, busque ayuda.
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No tener miedo de pedir ayuda en caso
de necesitarla. Si no puede hablar con sus
padres, hable con un profesor cercano o un consejero de la escuela. Halle a un
adulto en el cual pueda confiar. Si se siente muy triste o piensa en
lastimarse, pida ayuda de inmediato.
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Aceptarse a sí mismo. Si tiene baja autoestima o problemas con su imagen corporal, hable
con alguien al respecto. Incluso hablar con un amigo puede ser de utilidad.
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No hostigar a otras personas. Y si sufre hostigamiento, hable con sus padres, docentes u otros
adultos. Esto incluye el hostigamiento en línea o por teléfono.
Video de salud Emocional:
Salud conductual: cuidar la seguridad propia a través de las conductas.
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Evitar el consumo o abuso de
sustancias. Se incluyen el alcohol, las
drogas callejeras, los medicamentos con receta de otras personas y cualquier
tipo de producto que contenga tabaco.
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Conducir de manera responsable. Los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte adolescente
en los Estados Unidos. Siempre use el cinturón de seguridad. No suba a un auto
lleno de otros adolescentes. Pueden distraer al conductor y aumentar las
probabilidades de que se produzca un accidente. Nunca suba a un vehículo si el
conductor ha estado bebiendo.
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Usar casco. Use casco si monta en bicicleta o practica deportes, a fin de
evitar traumatismos. Los traumatismos o conmociones en la juventud pueden tener
efectos negativos sobre la salud toda la vida.
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Evitar la violencia. Aléjese de situaciones donde la violencia o las peleas puedan
causarle daños físicos.
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Practicar la abstinencia (no tener
relaciones sexuales) o tener sexo seguro. Si mantiene relaciones sexuales, siempre use preservativo para no
contraer infecciones de transmisión sexual (ITS). En el caso de una mujer
sexualmente activa, hable con su médico sobre píldoras anticonceptivas. Si no
puede tomar píldoras, utilice preservativo como método anticonceptivo.
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